‘Hay una maratón de licencias’
Aunque todavía no hay suficiente información para determinarlo, sí se barajan varias hipótesis, casi todas relacionadas con un desequilibrio del ciclo de agua, bien sea por la destrucción de páramos y humedales, por el aumento de la exploración y la explotación petrolera o por la gran demanda hídrica de los cultivos de palma y arroz, y de la actividad ganadera.
“No se trata de buscar culpables, sino de promover una estrategia de adaptación a los cambios”, opina Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt. Según ella, hay una competencia creciente por el agua, recurso que en la época seca puede reducirse a la mitad.
A la espera de que especialistas examinen la magnitud del fenómeno climático, Laura Miranda, ecóloga de la Fundación Cunaguaro, considera que “hay que entender que la sabana inundable, uno de los ecosistemas menos estudiados, tiene sus propios procesos, que están siendo alterados por el hombre”.
En palabras del profesor Orlando Vargas, director del Grupo de Restauración Ecológica de la Universidad Nacional, la sequía se origina en el mal manejo del suelo, la destrucción de las zonas de recarga acuífera y la falta de planificación del territorio.
Esa degradación del terreno se ha visto potenciada por el cambio climático, que está provocando una desertificación, según Ricardo Lozano, exdirector del Ideam. “Las imágenes muestran un desierto completo, que no corresponde al paisaje colombiano. Están expidiendo licencias de forma maratónica, sin garantizar un caudal mínimo de agua. Esto no es una coyuntura, requiere una transformación cultural”.
De hecho, esta semana Corporinoquia fue objeto de una inspección de la Fiscalía para recaudar información sobre la expedición de las licencias hídricas. Y la ministra de Ambiente, Luz Helena Sarmiento, cuestionó a la CAR por no transmitir las alertas ambientales a la población.
“Los mecanismos de prevención no se están cumpliendo y los estudios de impacto están mal hechos”, asegura Edwin Hincapié, presidente de la Fundación Cataruben.
Por esta emergencia ambiental, la Fiscalía ya escuchó los testimonios de Édgar Bejarano, alcalde de Paz de Ariporo, y el gobernador de Casanare, Marco Tulio Ruiz.
Terrible esta catástrofe
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